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Carbonato de calcio: un componente esencial de Grupo Calidra para pinturas y recubrimientos

La compañía de cal referente en Latinoamérica abastece a importantes empresas de pintura de Argentina y Chile con carbonato de calcio precipitado (CCP) y natural (GCC), dos productos relacionados con la cal que aportan beneficios como blancura y opacidad a la fórmula, además de generar mayor eficiencia en costos a una industria en crecimiento.

Se suele considerar a la pintura como una de las primeras artes de la humanidad con el hallazgo de dibujos y bocetos rupestres que se conservaron en cuevas durante decenas de miles de años.

Pero no hay un registro preciso de cuándo el hombre utilizó por primera vez esos fluidos de pigmentos, resinas y aditivos que hoy son ampliamente utilizados por su aporte como capa protectora para construcciones y superficies.

En esta nota se hablará de la pintura como recubrimiento arquitectónico y de sus derivados (enduido, selladores, etc.), una industria que sigue evolucionando e innovando en sus formulaciones.

Como en tantos sectores competitivos e importantes de toda economía, Grupo Calidra Cono Sur es un aliado sustancial en la producción de pinturas, en mayor medida de las pinturas látex y látex acrílica, que hoy se utilizan tanto para superficies interiores como para exteriores.

Además de darle color a una superficie (como paredes o techos), la función de cualquier pintura es proteger ese espacio con una capa plástica resistente a agentes externos. Su poder cubritivo se lo dan ciertas cargas o fillers que integran la formulación junto a pigmentos, aglutinantes, plastificantes y disolventes (agua en las pinturas látex; aceite en esmaltes sintéticos y grasos).

Inventada en la década del 40’ en Canadá, el desarrollo de la pintura látex supuso una evolución significativa en la industria pinturera, ya que proporcionaba varias ventajas sobre las pinturas a base de aceite tradicionales, como un secado más rápido, menos olor y una limpieza más fácil.

Dos de los fillers que se masificaron en los últimos años en la elaboración de esas pinturas son los carbonatos: el carbonato de calcio natural (GCC, del inglés Ground Calcium Carbonate) y el carbonato de calcio precipitado (CCP). Grupo Calidra, el gigante de la cal, abastece a la industria pinturera de Argentina y Chile con sus versiones premium de Opacifill (CCP) y Fillpack (GCC).

“El 80% de nuestro stock de carbonatos para la industria de la pintura se lo lleva el látex de base acuosa. Las pinturas tipo esmalte sintético tienen parte de carbonatos en su formulación, pero en menor proporción”, explica Laura Correa, Gerente de Investigación y Desarrollo de Grupo Calidra Argentina.

Fillpack

Además de proveer a las empresas fabricantes de pintura ambos tipos de carbonatos, GCC y CCP, en sus versiones típicas de polvo seco –en bolsas de 25 kilos, bolsones de 500 y 1000 kilos o a granel- Grupo Calidra ofrece CCP en suspensión, un “slurry” estabilizado que se incorpora directamente a la formulación.

El aporte de los carbonatos a la pintura

En la formulación de la mayoría de las pinturas se utiliza dióxido de titanio, un pigmento que proporciona blancura, opacidad y protección a la fórmula. Claro que al ser el compuesto que aporta mayor calidad, también es el que supone mayor costo.

Grupo Calidra produce carbonatos de alta calidad y pureza que actúan como extender del óxido de titanio, de modo que se logra excelentes propiedades en pinturas con menor porcentaje de dióxido de titanio, abaratando, en consecuencia, los costos. De ahí que se haya convertido en un eslabón clave en la cadena de valor para las compañías de pintura argentinas y chilenas.

“Hay toda una industria desarrollada a nivel mundial de productos que son específicamente extendedores de óxido de titanio. El carbonato de calcio precipitado, en su origen, no cumplía esa función, solamente se utilizaba como carga o relleno. Pero a medida que se fue desarrollando un mejor CCP, trabajando en el tamaño de la partícula, haciéndola mucho más fina y con mayor poder cubriente, empieza a funcionar como extender de dióxido de titanio”, explica Gonzalo Yasenza, Representante Comercial de Grupo Calidra.

Además de esa función de estiramiento, tanto el CCP como el GCC aportan su propia cuota de blancura y opacidad a las pinturas. Son especialmente útiles en pinturas de base blanca o colores claros donde se busca una apariencia brillante y uniforme.

“No todos los carbonatos de calcio precipitados del mercado en Argentina cumplen la función de  extender. Es una ventaja diferencial que tenemos a partir del trabajo sobre el tamaño de partícula. De hecho, nuestro producto, el Opacifill 120, es el único CCP en Argentina especializado que cumple esta función”, aporta Yasenza.

Pallets Opacifill

El CCP mejora las propiedades ópticas, físicas y económicas de la pintura. El GCC, menos refinado, proporciona muchas de esas mismas ventajas, pero se utiliza más como filler.

El carbonato de calcio natural, en la parte de gruesos, es un relleno funcional que da cuerpo a la pintura y ayuda a abaratar el costo de la formulación al proveer sólidos que van a darle poder cubritivo a la pintura”, argumenta Marcel Montoya, Coordinador de GCC y CCP en Calidra Cono Sur.

Además de pinturas y recubrimientos, los carbonatos son insumos de productos derivados como enduidos y selladores. En términos generales, un enduido (llamada pasta muro en Chile) puede estar conformado por un 60% o un 65% de carbonato de calcio natural, mientras que una pintura látex económica puede tener alrededor de un 17% y un 25% del mismo GCC y porcentajes similares de carbonato de calcio precipitado.

“Una pintura de demarcación vial tiene aproximadamente un 56% a un 60% de carbonato de calcio natural. Una pintura que tenga alto desempeño, por ejemplo, una pintura para exteriores puede tener entre un 5% y un 10% aproximado de carbonato de calcio precipitado y alrededor de un 12% a 15% de carbonato de calcio natural. Una pintura industrial puede tener alrededor de un 3% o 4% de carbonato de calcio precipitado o natural. Hablamos de estimaciones generales”, aporta Marcel Montoya.

El valor agregado de Calidra en la industria

Grupo Calidra cuenta con dos plantas en San Jua que producen Carbonato de Calcio Precipitado (CCP): Los Berros y La Laja. El 70% de su producción se destina a la industria de la pintura. El resto de ese 30% se va en abastecimiento a mercados de caucho, papel, agrícola, y otro tanto a químicas y algunas empresas de cosméticos.

La industria de la pintura en Argentina no es de gran tamaño si la comparamos con otros países. En promedio, los argentinos consumen 5,4 litros de pintura per cápita por año, lejos de los 13,4 litros per cápita que compra Estados Unidos, los 10,5 litros que utiliza Europa e incluso de los 6,2 litros de promedio en Sudamérica.

Planta La Laja

Más allá de esas cifras de consumo, Grupo Calidra abastece a las grandes, medianas y pequeñas empresas del sector en Argentina. Hablamos de marcas con años en la industria como Alba, Sherwin Williams, Sinteplast y Tersuave; y también de compañías con desarrollo más reciente en la industria como Uxell, Colorín o Venier.

En Chile, Grupo Calidra también es un actor imprescindible, ya que cerca del 70% del CCP y GCC que se comercializa es distribuido a la industria de la pintura. La calera abastece a las empresas de pintura más importantes del país trasandino, entre ellas, Ceresita, Passol, Sherwin Williams, Tajamar y Tapel.

“Las industrias en general, en la búsqueda de mejorar sus costos operativos, desarrolla permanentemente nuevas alternativas. La industria de las pinturas elige nuestro producto Opacifill por su alto poder cubritivo”, explica Leonardo Medici, Gerente de Planta y CCP de Calidra Argentina. 

Cabe aclarar que el poder cubritivo de una formulación permite verificar si un determinado espesor de una capa de pintura es capaz o no de cubrir una superficie, y da una idea de cuántas manos de pintura se deberán aplicar para que la superficie que se quiere pintar se vea bien. 

“El Opacifill es un producto proveniente de una cal calcinada en hornos Maerz, donde aprovechamos el 100% de la eficiencia energética del horno, obteniendo una cal viva altamente reactiva, Esto nos da la ventaja de producir carbonatos de calcio de partículas muy finas y alto poder cubritivo”, asegura Medici.

“En cuanto al carbonato de calcio natural, nuestro valor agregado es el nivel de control de nuestro proceso, el abanico de productos tanto en blancura como en granulometrías que nos permiten suplir las necesidades de distintas aplicaciones y de distintos mercados. Esa es nuestra fortaleza: una planta de primera línea donde se pueden producir un abanico de granulometrías a partir de piedras de distinta blancura”, suma Correa.

“Hay algo por lo que los clientes pagan más y es un grado de confiabilidad alto: somos un proveedor fiel porque en todo momento tenemos producto, en todo momento podemos atender a los clientes, no caemos en quiebres de stocks. Por esa razón también nos diferenciamos”, agrega Marcel.

El proceso químico sustentable de los carbonatos

El proceso de elaboración del Carbonato de Calcio precipitado que comercializa Grupo Calidra consta de tres etapas químicas. La piedra que se extrae de la cantera es carbonato de calcio en su estado natural (CaCO3), se la tritura a cierta granulometría apta para los hornos: entre 80 y 100 mm.

Ya triturada, ingresa al horno Maerz de calcinación de doble cuba. “El atributo más importante de trabajar con hornos Maerz PFR (Flujo Paralelo Regenerativo), es que permite obtener cales de alta reactividad, con un considerable ahorro de energía (el consumo de combustible es del orden del 30% menos comparado con los sistemas de calcinación clásicos)”, explica Leonardo Medici, Gerente de Operaciones CCP.

“Este tipo de tecnología y proceso permite que la piedra se pueda calcinar de una manera prácticamente perfecta, aprovechando casi el 100% de pureza de nuestra materia prima o recurso natural”, agrega Medici.

En los hornos se produce la primera transformación química: mediante pirólisis, el carbonato de calcio se transforma en óxido de calcio que es la cal viva (CaO). La segunda reacción química es la hidratación del óxido de calcio: se le agrega agua para obtener un slurry de hidróxido de calcio, llamado “lechada de cal”.

Planta La Laja

Ese hidróxido de calcio, finalmente, se hace reaccionar con el CO2, proveniente de la chimenea de los hornos, en un proceso denominado “carbonatación” que transforma el hidróxido en Carbonato de Calcio Precipitado. Es una reacción química donde el CO2 burbujea en la lechada de cal dando origen al CCP.

 “Entre el 18 y 21 % de concentración de CO2 que sale de los hornos es captado por el Proceso productivo de CCP. También, en la etapa inicial del proceso productivo de lechada de cal, gran parte del agua utilizada es propia de la recuperación y reutilización del proceso, por lo cual son dos maneras muy importantes de contribuir al medio ambiente con el cuidado de recursos naturales”, ilustra Medici.